¡Hola! Soy Anikuni

Todo lo que aqui narro es producto de mi imaginación algo turbada, ya que mi modo de ver la vida es a causa de mis cuatro neuronas: Nací con 2 muertas, la 3ª es la que rige mi vida por completo y la que me permite soñar con un solo objtivo ser la última fan de Johnny Depp ( así sé el lugar que ocupo en la fila) y la 4ª por ir al lado de la 3ª esta contaminada por su genialidad pero aun guarda un gramo de sensatez que me permite seguir viviendo.

Creo que por eso me eche al mar de la osadia o de lo absurdo porque lo que escribo es una recopilación de mis aventuras o más bien de mis travesuras por conseguir mi ansiado autógrafo.

Así pues, dejo testimonio de lo que aquí cuento es tan solo casual.

Para quien le pueda interesar: Así empieza PERIPECIAS DE UNA FAN

domingo, 20 de diciembre de 2009

ODA A JOHNNY DEPP


Estaba yo en una sala de fiestas bien aburrida, paseando y mirando a la gente con cara de pocos amigos, ya que había sido invitada por un fachendas que me había dejado plantada no más entrar en la fiesta.
Bueno, tras esta breve reseña sigo contando mi aburrimiento, el cual experimentaba bostezando más de tres veces por segundo.
“¡Coño!”, me dije cuando se me iluminó la cara con una amplia sonrisa, y cuchicheando para mí” si alguien te avisto reír seguro que a pensado que estas loca y B- yo me voy a escribir una coplilla a Johnny Depp”.
Me dirigí mucho mas animada, hacia una mesa donde había gente esperando, ya que estaban sirviendo un ágape en sus bandejitas.
Yo sólo cogí una servilleta, amplía de papel, y dirigiéndome a un camarero le pedí un bolígrafo.
Me dio el codiciado bolí, y toda contenta, me marché hacia la otra punta de la sala con mi servilleta. Con una cara de pilla que no podía aguantarla, me dirigí hacia un sofá custodiado por un grupo de hombres que estaban hablando de pie. Uno me llamó la atención, echándole un ojo y la parte del otro, porque el tío era un mazizón . Pero hasta más ver, me senté.
Empecé a dibujar en la servilleta toda blanca una mariposa, para ayudarme a recordar su cara. La bombilla se me encendió con un título pomposo “Oda a Johnny Depp” y empecé a soltar unas carcajada, hasta la saliva se me fue por el conducto de la respiración, haciéndome toser, por las múltiples burradas que yo le estaba dedicando al actor, las que eran dignas de mi personas, pues soy ingeniosa, y las quería colgar en un foro cualquiera:
“¡Ay mi niño! que yo te adoro y te llevo a los toros, pues tu carita de rosa… o yo te comería como un bombón Roche, aunque mi culo padeciera después...”Así hasta casi completarla.
Mientras escribía sentí una presencia en mi espalda, que me hizo girar la cara, para mirar quien era la persona amiga o no, que me estaba chafardeando mi literatura.
Giró y me veo: a mi actor favorito, con sus gafas de cristales azules, con su pelo revuelto todo interesado en mi escrito.
Yo me levanté de un salto , escondiendo mi poesía en mi espalda hacia mi actor, poniéndole cara de palo, como si esperara su reproche cuando él empezó:
- ¡Poca broma¡- no reía, y añadió- ¿me la dejas acabar de leer?- extendiéndome la mano.
Balbuceante le contesté:
- Lo siento no es lo que parece. Sólo es...-él me interrumpió, insistiéndome:
- Me la quieres dejar acabar de leer, ¿no está dedicada a mí? -
Yo, con timidez, ya que sabía las múltiples paridas que allí se encontraban escritas recién saliditas de este humilde corazón se la di.
Él no paraba de negar con la cabeza, me miraba y seguía leyendo con una cara seria, cuando dirigiéndose a mí, me volvió a decir:
- Esta inacabada esta Oda hacia mi persona- y yo manifestaba mi nerviosismo, sin parar de hablarle:
- Si, claro, solo la hacía para divertirme, no vaya a pensar cosas raras señor Depp.- fue cuando observé que parecía que se aguantaba la risa, empezando andar hacia mi. Cuando estuvo junto a mí, me señaló:
-¡Anda¡, gírate que necesito tu espalda- yo que no paraba de hablarle excusándome de mi actitud, ya que él es perfecto, al menos para esta escritora, y goza de todo mi afecto. Me pidió el boli, y yo se lo di. Entonces salió a relucir que el boli era del camarero y fue cuando yo sentí que él se encontraba escribiendo algo en esa servilleta. Cuando terminó, me volvió hablar:
- ¡Anda toma¡ que menudo bicho estás hecha.-
Se fue mirándome con su carita de pícaro, de ese Juan De Marco que tanto me mola, volviéndome señalar:
-¡Ah, por cierto!, tu culo no esta para mucho bombón,- se giró y yo enmudecí ante su mirada.

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