¡Hola! Soy Anikuni

Todo lo que aqui narro es producto de mi imaginación algo turbada, ya que mi modo de ver la vida es a causa de mis cuatro neuronas: Nací con 2 muertas, la 3ª es la que rige mi vida por completo y la que me permite soñar con un solo objtivo ser la última fan de Johnny Depp ( así sé el lugar que ocupo en la fila) y la 4ª por ir al lado de la 3ª esta contaminada por su genialidad pero aun guarda un gramo de sensatez que me permite seguir viviendo.

Creo que por eso me eche al mar de la osadia o de lo absurdo porque lo que escribo es una recopilación de mis aventuras o más bien de mis travesuras por conseguir mi ansiado autógrafo.

Así pues, dejo testimonio de lo que aquí cuento es tan solo casual.

Para quien le pueda interesar: Así empieza PERIPECIAS DE UNA FAN

domingo, 20 de diciembre de 2009

LA BROMA


Mi amigo Julio me había prometido un encuentro muy deseado por mi. Por vez primera, iba hablar con Jack Sparrow, es decir, con el actor que le dio vida.
Julio es alto y altanero como ese capullo de Johnny Depp, al menos para mí y para los profesionales de la anunció de televisión.
Julio iba a trabajar para la casa Carrefour , haciendo de doble de mi actor.
Mi amigo me dejo sola en un pasillo, mientras se cambiaba para representar a Jack en la pequeña pantalla.
Mientras esperaba, me distraía mirando fotos de viejos anuncios que pendían de la pared, y me reía de los friquís que hacían de personajes de cuentos de hadas, cuando de repente oí voces, y saliendo un hombre mediano vestido de pirata, que cerrando una puerta se puso a silbar, alegándose la boca manga de su chaqueta .Pasó junto a mi, sin decirme nada.
Entonces, yo comprendí que aquel era mi amigo ¿pero a qué demonios jugaba?, o a lo mejor no me había visto, así que empecé a llamar:
-¡Julio, Julio…! - le iba detrás- ¡oye Julio!. Pero a la mierda, el hombre desapareció detrás de una puerta de salida.
Yo también hice lo propio. Allí me lo encontré en la calle, como si estuviera esperando a alguien. Me sorprendí, le volví a insistir:
-Julio, escucha te llevo llamado y tú sin contestarme.- Al tenerlo enfrente de mí me vino unas ganas de darle un besazo en su morretes, como así lo hice. Estaba de guapo, el muy delincuente, pellizcándole sus mejillas:
-¡Ay Julio¡ que guapo estas de pirata mi alma tienes para siempre-.Él se me quedo mirando extrañado, pero yo no le hice caso, así que le volví a decir, regañándolo:
- Julio, escucha llevo usando tu nombre desde hace rato, y tú nada, haciéndote el sordo-
Pero él me seguía mirando extrañado como si no me comprendiera. Yo también me lo miraba pero le seguía la corriente:
- Julio, escucha. ¿Qué no sabes quien soy?- pero yo pensando que mi amigo Julio me estaba gastado una broma, fue entonces cuando él me contestó:
- ¡ Pardon!- mirándome extrañado, y yo ya pase de ser cordial a ponerme algo más nerviosa:
- Pero si soy AniKuni, no me entiendes o ¿qué demonios te pasa?-
Él en inglés me contestó:
- no entiendo lo que me estas diciendo.-
Yo le contesté:
- Pero no comprendes. Bueno, mira, hablaré más despacio, no sea que el disfraz te impida entenderme. Mira mis labios: ¿Te quieres meter en la cama conmigo?, eso no lo entiendas- añadiendo- me enterado que Johnny Depp - él seguía observándome- ha llegado, y mira que casualidad he encontrado un paquete de Cornflakes azucarados a gusto de chocolate con su careto fotografiado. ¿Tu crees, Julio, que me lo firmará?-
Él reaccionó:
- Perdóneme no entiendo lo que me dice. ¿Quieres un autógrafo mió?- y alargándome su mano para agarrar el paquete añadió- déme el paquete por favor-
Yo le retiré el paquete para que no lo pudiera alcanzar y le maticé:
- Julio no seas ladrón. No me toques el paquete que es para mi actor.-
Él mucho más enfadado exclamó:
-¡Por favor…¡ ¿quieres un autógrafo mío, si o no?-
Yo enfurecida le contesté:
- No. Sólo el capullo de Johnny Depp puede tocar lo que hay que tocar, y no juegues más conmigo Julio anda que...-
Él se puso más nervioso emitiendo un soplido:
- Serás capulla,¡ anda! déjame en paz -me dijo en inglés.
Mis estiras y aflojas con él eran para cansar hasta el diablo, ya que no consentía que él me cogiera el dicho paquete. Entonces volví a la carga:
- Julio creo que te he faltado perdóname soy una entupida, lo admito me he puesto nerviosa ya que tengo ganas de ver a Johnny Depp- Le rodeé con mi brazo y le besé en su mejilla poco pobladita de pelo.
Él se calmó un poco, entonces mirándomelo me dije “que le habrá pasado a mi amigo Julio que no me conoce”, sintiendo piedad le entregué el paquete de arroz inflado con chocolate. A él se le iluminó su cara, hasta se puso más contento y de la nada saco un bolí. Viéndolo firmar a pareció otro Jack Sparrow, por la misma puerta de antes, pero este hablando español:
- Ani, que no te he dicho que me esperases en el pasillo- yo me quede mirando primero al que me estaba firmando el paquete, y luego a otro que había salido por la puerta, entonces dirigiéndome a este último le dije:
-¿Tú eres Julio?-
- Sí Ani, ¿qué no me conoces? Soy yo- y acercándose a nosotros señaló:
- Lo que te venia yo a decir- y saludando al primer pirata, continúo hablándome:
- Es Johnny Depp.-
Johnny al oír su nombre y que le hablaban en su lengua se dirigió a mi amigo saludándolo ya que se conocían, dándose la mano. Por su parte mi amigo dirigiéndose a mí, me dijo:
- Anikuni eres un caso que le has dicho a este hombre que dice que estas loca.-Yo poniéndole una carita de desilusionada le conteste a mi amigo:
- Sólo ha sido un mal entendido, y dile por favor Julio que me perdone pues creía que eras tú.-
Y él se hecho a reír traduciendo mis palabras a lo que Johnny me extendió su mano y me saludo:
- Soy Johnny Depp.-
Fin

ODA A JOHNNY DEPP


Estaba yo en una sala de fiestas bien aburrida, paseando y mirando a la gente con cara de pocos amigos, ya que había sido invitada por un fachendas que me había dejado plantada no más entrar en la fiesta.
Bueno, tras esta breve reseña sigo contando mi aburrimiento, el cual experimentaba bostezando más de tres veces por segundo.
“¡Coño!”, me dije cuando se me iluminó la cara con una amplia sonrisa, y cuchicheando para mí” si alguien te avisto reír seguro que a pensado que estas loca y B- yo me voy a escribir una coplilla a Johnny Depp”.
Me dirigí mucho mas animada, hacia una mesa donde había gente esperando, ya que estaban sirviendo un ágape en sus bandejitas.
Yo sólo cogí una servilleta, amplía de papel, y dirigiéndome a un camarero le pedí un bolígrafo.
Me dio el codiciado bolí, y toda contenta, me marché hacia la otra punta de la sala con mi servilleta. Con una cara de pilla que no podía aguantarla, me dirigí hacia un sofá custodiado por un grupo de hombres que estaban hablando de pie. Uno me llamó la atención, echándole un ojo y la parte del otro, porque el tío era un mazizón . Pero hasta más ver, me senté.
Empecé a dibujar en la servilleta toda blanca una mariposa, para ayudarme a recordar su cara. La bombilla se me encendió con un título pomposo “Oda a Johnny Depp” y empecé a soltar unas carcajada, hasta la saliva se me fue por el conducto de la respiración, haciéndome toser, por las múltiples burradas que yo le estaba dedicando al actor, las que eran dignas de mi personas, pues soy ingeniosa, y las quería colgar en un foro cualquiera:
“¡Ay mi niño! que yo te adoro y te llevo a los toros, pues tu carita de rosa… o yo te comería como un bombón Roche, aunque mi culo padeciera después...”Así hasta casi completarla.
Mientras escribía sentí una presencia en mi espalda, que me hizo girar la cara, para mirar quien era la persona amiga o no, que me estaba chafardeando mi literatura.
Giró y me veo: a mi actor favorito, con sus gafas de cristales azules, con su pelo revuelto todo interesado en mi escrito.
Yo me levanté de un salto , escondiendo mi poesía en mi espalda hacia mi actor, poniéndole cara de palo, como si esperara su reproche cuando él empezó:
- ¡Poca broma¡- no reía, y añadió- ¿me la dejas acabar de leer?- extendiéndome la mano.
Balbuceante le contesté:
- Lo siento no es lo que parece. Sólo es...-él me interrumpió, insistiéndome:
- Me la quieres dejar acabar de leer, ¿no está dedicada a mí? -
Yo, con timidez, ya que sabía las múltiples paridas que allí se encontraban escritas recién saliditas de este humilde corazón se la di.
Él no paraba de negar con la cabeza, me miraba y seguía leyendo con una cara seria, cuando dirigiéndose a mí, me volvió a decir:
- Esta inacabada esta Oda hacia mi persona- y yo manifestaba mi nerviosismo, sin parar de hablarle:
- Si, claro, solo la hacía para divertirme, no vaya a pensar cosas raras señor Depp.- fue cuando observé que parecía que se aguantaba la risa, empezando andar hacia mi. Cuando estuvo junto a mí, me señaló:
-¡Anda¡, gírate que necesito tu espalda- yo que no paraba de hablarle excusándome de mi actitud, ya que él es perfecto, al menos para esta escritora, y goza de todo mi afecto. Me pidió el boli, y yo se lo di. Entonces salió a relucir que el boli era del camarero y fue cuando yo sentí que él se encontraba escribiendo algo en esa servilleta. Cuando terminó, me volvió hablar:
- ¡Anda toma¡ que menudo bicho estás hecha.-
Se fue mirándome con su carita de pícaro, de ese Juan De Marco que tanto me mola, volviéndome señalar:
-¡Ah, por cierto!, tu culo no esta para mucho bombón,- se giró y yo enmudecí ante su mirada.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DE VIAJE


Después de unas breves vacaciones por el Caribe, me encontraba ya de vuelta para España. Estaba en el avión y era de noche. “¡Maldita sea!” no paraba de maldecir mi suerte por haber comprado billete de turista. El espacio entre sillones era estrecho y mis piernas, al ser largas, no podían ni siquiera cruzarse. “¡Jolines!, es imposible coger el sueño, y este ridículo cojín que se me escapa por todos lados” pensaba, mientras intentaba una vez más apoyar mi cabeza en él.

Así que, tras varios intentos para coger a Morfeo, decidí levantarme para dar una vuelta, para ver si mis piernas respondían del dolor, hasta parecía que mis pies estaban algo inflamados.

Me levanté. Entre la penumbra de las luces de emergencia divisé a una persona encorvada como si estuviera mirando algo. Así que me fui hacia ella para ver si podía conversar, y explicar a alguien mis penas.

Disimuladamente me situé a su lado, y sí que estaba mirando a través de una pequeña ventanita de la puerta de salida del avión. Empecé hablar:

- Es imposible dormir,¿ no cree?-

Se incorporó al oírme, y tan sólo me miró diciéndome en inglés:
- ¡Perdon!-

En seguida cambié a su idioma, y le repetí lo que le había dicho. Él me sonrió y me afirmó con la cabeza, e inició una conversación:

- ¿Donde vas?-

- Hacia Madrid, allí cogeré el puente aéreo hacia Barcelona. Tengo ganas que amanezca, estoy cansada de esa maldita butaca- miré el reloj y le señalé- ya son las 6 de la mañana- él también miró el suyo, contestándome:

- Sí es verdad- de repente vi que se vuelve a agachar mirando de nuevo a través la pequeña ventanita y me llamó la atención- ¡Mira!- me puse cerca suyo, casi nos rozábamos, ya que el lugar era estrecho, y comprobé que entre unas nubes aparecían los primeros destellos del sol:

- Nos acercamos al día. ¡Al fin!- lo dije con énfasis porque no aguantaba más mi penoso estado.
A medida que nos íbamos acercando hacia el alba, las sombras se retiraban en el pequeño espacio donde él y yo estábamos situados, así su cara se me iba haciendo más conocida. Cuando de repente dije:

- ¡No puede ser he vivido el mismo día dos veces!.- Él se quedó algo desconcertado por mi expresión, pero enseguida cambió de estado diciéndome:

- Estás equivocada. No lo has ganado, sino que lo has perdido- De repente lo reconocí, pero no le dije nada, tan solo comenté:

- Si lo he perdido o no, depende del punto de vista. ¿No crees?-

- ¿A qué te refieres que depende del punto de vista?- me preguntó

- Me refiero que todo no esta perdido, ya que he visto amanecer con mi actor favorito: Contigo Johnny Depp.- El estalló de la risa:

- Ja,ja,ja,ja… creía que me ibas a resultar una tía cursi. Perdóname pero lo he pensado-

- No vas equivocado porque lo soy, por desgracia, pero esta vez he pensado dejar los lacitos rosas, las nubes como el algodón para otro momento.-

-¡Qué graciosa eres! ¿Cómo te llamas?-

- Anikuni- le contesté- Y dime, ¿qué vas hacer en Madrid?-

Él se rasco la cabeza y se amarañó más su pelo, contestándome:

- Voy hacia Paris –


- Ya entiendo- me di cuenta que hice una expresión que me recordó a Jack. Me salió espontánea, pero él se dio cuenta y me comentó:
- Me has recordado a un dialogo de Jack Sparrow- meneó su cabeza como si su recuerdo le hiciera gracia. Le volví a referir la película:

- Si te digiera que he visto Piratas del Caribe 1 más de tres veces, ¿qué me dirías?- Me miró y con aire indiferente, contestándome:

- Que eres una exagerada- solté una carcajada:

- Ja. Pues si soy una exagerada con tu peli, hermoso mió, no te digo las veces que he visto las Guerras de las Galaxias. Hasta sé hablar Bochi…por si te sirve de algo:¡ Ichuta..!

Se quedó perplejo por mi espontaneidad, y admirándome preguntó:

-¿De veras que te sabes los diálogos de la peli?-

Yo humildemente ratifiqué:

- No, sólo los que son en idioma raro. En bochi o en otras leguas indígenas de algún planeta muy lejano- y le empecé a detallar en idioma bochi algunos diálogos, que le provocaban unas carcajadas que le sacaron las lagrimas. Yo cuanto más lo veía divertirse más disfrutaba. Así me pase recordando hasta lo que hablaban Jabba de Hut con Han Solo. En fin, lo que una tiene que hacer por su actor favorito.

- Sabes, yo la he visto muchas veces también, pero no sé ningún dialogo- me lo dijo entre risas aún, calmándose y preguntándome- ¿Serás fan de esa saga? -

Yo también paré de reírme de mis burras, contestándole:

- ¡Sí, claro! Lo era. Ahora tan solo soy tuya- me quede pensando ya que ese “tuya” iba acompañado de “tío buenorro acógeme entre tus brazos tatuados, y haz con mi cuerpo cuarentón lo que te de la gana”, pero me callé, diciéndole:

- ¿Sabes? Johnny Depp, es una pena que no lleve mi fotografía conmigo. Te tengo de pirata- y me lo miré con picardía.

- ¿A qué se debe?- me preguntó.

- Veras, de pirata me saqueaste y me robaste la vida, y por eso te llevo siempre conmigo-

- Encantadora- me paso suavemente su mano por mi mejilla y añadió-¿te puedo besar?-

- ¡Pues claro!, donde tu quieras: en los labios, en la mejilla, en mis se…- no me dejo acabar me depositó un beso dulce sobre mi boca.

Cuando se retiró me volvió hablar:
- Dame algo para que yo te de…pero ¿qué haces tía?- ya que me encontró con los ojos cerrados y le contesté:

-¿Para que me des otro beso?- abrí los ojos –¡ uhy¡ perdona, ¿qué habrás pensado? Ahora vengo- y lo dejé esperándome.

Me dirigí hacia mi asiento, donde cogí mi bolsa de lona. Entre mis cosas encontré mi agenda y mi boli, y salí hacia él.
Me lo encontré fumando, y mirando por la pequeña ventanita. Lo regañé:
-¡Por Dios JD! que no puedes fumar en el avión, ¡coño!-
Como un niño travieso me respondió:

- ¡Uy¡ es verdad, ya no me acordaba- y apagó su cigarrillo casi empezado.

-Anda ten- le di mi agenda por el día y el boli- aprende de mí, que soy fumadora de puros ni me acuerdo que los llevo- volvió a sorprenderse comentándome:

- De ti me lo creo todo. Eres genial Ani- y empezó a firmarme el autógrafo dedicado, que le salió de su corazón de ladrón de lo ídem.

Para la hermana de Jack Sparrow, por su elocuencia en hacerme pasar un rato agradable.
Johnny Depp

- Anda toma pirata- yo entonces le confesé un secreto:

- ¡Ay¡ si ese “pirata” me lo hubiera dicho Jack, como se lo dijo a Elisabeth Saw, me lo hubiera comido a besos, cometiendo un pecado, por que tengo marido.-

Como si no le diera importancia matizó:

- Anda que te enrollas como él- refiriéndose a Jack.

De repente entre las cortinas que separaban la clase business de la de turista apareció su mujer:

-¡ Johnn¡-

El giró inmediatamente la cabeza hacia donde estaba ella contestándole con cariño:

- Voy nena. Estoy despidiéndome de una amiga- desapareció la mujer entre las cortinas, y de nuevo tuve la atención de mi amigo ya que él se consideraba como tal.
- Bien, hasta más ver Anikuni. – me lo miré con melancolía, contestándole:

- Si ve, pirata- él me sonrió y desapareció entre las cortinillas.
Fin

MUTIS POR RESPUESTA

Pasó en un aeropuerto de rumboso nombre de la ciudad de Paris.
Iba yo con mi cuñada cogidita del brazo, hablándole de lo divertido que me lo había pasado con mis amigos castellanos afincados en la Ciudad de la Luz.
Montse, días antes, sintió pena por mí, ya que sabía perfectamente mi terror a volar. Así que, habíamos quedado en la capital francesa para volver a nuestra tierra.

En las escaleras automáticas en dirección hacia la puerta de embarque me sentía charlatana y feliz, por el recuerdo de mis mini vacaciones. Montse me miraba con una carita de consuelo.

De repente sucedió: por la escalera mecánica de subida dos personas todas vestidas de negro, como si vinieran de un funeral se nos aproximaban. Un hombre con un abrigo Armani, ya que yo para las marcas no tengo rival, y una mujer rubia esquifada, con un traje chaqueta antiguo adornado con un collar de perlas, creo que Majoricas, tope cursi, a su lado. Los dos sin gusto, y puestas unas gafas de sol negras.

Yo con mi despiste le manifesté a mi cuñadita, lo sexy que era el hombre, ya que las escaleras automáticas nos permitieron gozar de tanta belleza y criticar a la pobre victima que iba junto a él.
Montse es la que se dio cuenta y me dijo:

- ¿Sabes, Ani quién es el del funeral?- yo tan sólo le contesté:

- No- quedándomelo mirando, mientras me lo cruzaba.
Montse contestó:

- Es Johnny Depp, con su pareja-

Entonces sin darle tiempo a reaccionar me excusé de mi cuñada y subí en contra dirección, por la escalera que bajaba, apartando uno a uno a todo transeúnte que en ella se encontraba. La gente quejosa seguramente me maldecían en francés pero yo les sonreía al no entender nada, tan sólo la voz de mi cuñada que gritaba:

- ¿Qué haces, insensata, estás loca...?-que y desapareció.

Cuando conseguí llegar donde estaba Johnny, se encontraba firmando unos autógrafos a unos viajeros que lo reconocieron. Manifesté mi gozo, pero con tan mala suerte, que un chicle se me quedo pegado en la suela de una de mis chancletas produciéndome que me quedará sin esta.
Yo me alarmé:

- ¡Hostia puta!- ya que Johnny estaba en mi campo de visión y se podía ir.

La situación fue tan rocambolesca que, ante mi exclamación, él se dio cuenta de la que escribe que a la pata coja intentaba ponerse la chancla, donde el asqueroso chicle quedó enganchado. Pero ¡ay de mi¡ el que me sostenía, es decir el otro píe, se me dobló, perdiendo el equilibrio. Él al verme hacer florituras para no perder mi verticalidad, dejó lo que estaba haciendo vino a recogerme:

- Pero...pero ¿qué cojones le pasa? Se iba a caer- fueron sus palabras en francés. Yo no entendí nada y le contesté:

-Mesier, en inglés por favor, no soy dueña de tanto intelecto- Él se echó a reír y me contestó en su idioma:

- ¿Qué cojones le ha pasado?, la he visto en el suelo.-

Yo, jadeante aún por el esfuerzo en no caerme le contesté:

-Lo primero gracias, y lo que acaba de ver solo ha sido el producto de un asqueroso chicle enganchado mi chancla y todo, señor Depp, por su autógrafo.-
Él sonrió y me contestó:

-¿Crees que merece la pena torcerse un tobillo por mí?- se me quedó mirando con sus gafas bajadas a media nariz.
Yo le contesté:

- Pues sí. Llevo varios años detrás de usted, escribiéndole,- se me quedó extrañado por la expresión, pero le seguí hablando- y lo que siempre he conseguido ha sido un mutis por respuesta.

Cansada de tanta frialdad por su parte, indagué por varios foros donde decían que a toda persona con suerte su agente, no usted, le mandaba una fotocopia con su autógrafo- hice un inciso al contemplar a su abnegada mujer que lo esperaba, y continué hablándole- Por mi parte ya le puede decir a su agente que es un cutre. ¿No cree señor Depp, que una puede conseguirlo bajándoselo de Internet de las millones fotos firmadas por usted?- hice un inciso, poniéndole cara de picara- ¿o las pone expresamente para que nadie le moleste?-

Se echó a reír contestándome:

-¡Esta sí que es buena!, no lo había pensado- se metió la mano por el bolsillo interior de su abrigo, buscándose algo, sacando su pluma estilográfica. Cuando mí cuñada Montse apareció por escalera:

- ¡Desde luego que eres...!- se calló ya que nos vio hablar. Se nos acercó.

Por su parte, Johnny continuó hablando:

- Tienes un papel o algo que yo pueda escribir y pasar de ser curte, no yo, sino mi agente claro- “Johnny es genial y escandalosamente atractivo“, pensé cuando me hablaba.
Yo girándome interrogué a mi cuñadita:

- Montse, hermosa, ¿tienes la fotografía que compré en Disneland Resort Paris, esa que tanto me gusta verla una y otra vez?-

Ella que es una chachipirulí auténtica, y me conoce que soy una pesada de narices con tanto JD, me contestó, mientras buscaba en el interior de su bolsa:

-Si tómala y déjanos tranquilos: A él y a mí-

Yo hice las presentaciones, como si a Johnny lo conociera de toda la vida:

- JD, esta es mi cuñada Montse Pulpillo. Montse este es mi chachipirulí, actor favorito y no es nada más, porque esta ajuntado con su Vanesa sino…- fue cuando Johnny me interrumpió preguntándome el nombre:

- Anikuni- le contesté, mientras Johnny escribía.

-¡Ya esta! Toma.- Se lo cogi, vi su autógrafo en esa foto tan especial para mí, que decía:

“De Jack a la preciosa Anikuni para que se acuerde de su actor.
Johnny Depp.”

Me la estreché contra mi pecho manifestándole:

-Sabes Johnny, tu mujer tiene la gran suerte de haberte conocido. Gracias, y adiós para siempre.

Él me sonrió, dándome un dulce beso en la mejilla, y otro igual a mi cuñada Montse, volviéndose a poner bien sus espantosas gafas de sol negras, se dio la media vuelta y desapareció en compañía de Vanesa.

Fin.

DE VACACIONES

Menos mal que estaba de vacaciones porque si me hubiera pasado en cualquier autopista de Barcelona de camino hacia el trabajo, se me hubiera llevado el diablo por impotente.

Me encontraba en la cuneta de una carretera secundaria de montaña de Holliwood ( Los Angeles) , allí intentaba no perder la paciencia por culpa de una rueda que se resistía a ser cambiada.

- ¡Cojones! qué duro esta este gato del diablo- manifestaba ante la impotencia de no poder montar el aparato que me facilitara la extracción de la rueda.-¡ Demonios coloraos!- exclamé quejosa. De repente, noté la presencia de alguien a mi espalda, me giré aun de cuclillas para distinguirle, pero la luz del sol que me venia de cara impidió apreciar su facciones. Me incorporé de inmediato balanceándome un poco, por la presión de la sangre que me subió de golpe a la cabeza. Enseguida me habló:

- Te he visto con problemas, y he pensado que podría echarte una mano- Me sentí aliviada desviando mi atención hacia el frente de la calzada, donde tenía su vehiculo estacionado.

-¡Gracias! Llevo con esta maldita rueda un buen rato- señalándole el revoleo de objetos que tenía esparcidos por mi torpeza.

Lo conocí de inmediato quien era, pero no le dije nada comprendiendo que tras esa vestimenta camuflada por gorra de visera y sus inseparables gafas de sol se escondía mi actor, y supuse que no quería ser reconocido. En seguida adoptó un aire chulesco aun que capté el buen” felling” que había nacido entre nosotros por la familiaridad que Johnny me habló, cuando me pidió el gato:

- ¡Anda trae! Que…desde luego- se lo di quedándome callada, comprendiendo que tenía que confiar en él. Se agachó poniéndose en cuclillas dándome la espalda mientras con suma facilidad puso el gato levantando el coche, saco el guardabarros cogiendo la llave fija para destornillar la rueda. . Me puse más cerca de él para no molestarle y vi que se chupaba un dedo:

- ¿Te has hecho daño?- le pregunté. Él se volvió para mirarme sonriéndome con picardía la que disimulaba que le estaba costando desenroscar el tornillo. Al poco rato empezó a mormurar por bajito, para luego subir el tono de voz con unos reniegos espantosos. Lamentablemente no lo podía entender bien, ya que mi ingles es de academia y los ”blablis” de él eran de barriobajeros, pero por lógica supuse que se estaba cagando en la madre que parió al tornillo y la puta madre de la tuerca. Me quede admirándolo, lo juro, estaba volviendo a conquistar a mi diablo- diablito porque me sentí dichosa de ver que mi actor era tan humano, como yo.

Viéndolo allí postrado ante mis pies maldiciendo, dude en preguntarle si le podía ayudar ya que los hombres cuando se obcecan con algo son imposibles, pero tímidamente le sugerí:

- ¡Oye…Johnny! no quiero molestarte, pero si no puedes puedo llamar a la grúa- como cabía de esperar se me volvió con furia en los ojos contestándome de manera severa:

- ¡Calla! qué no tiene que ser difícil ¡cojones!- volviendo a lo suyo. Me quede observándolo como entonaba de nuevo un acumulo de reniegos, para soltar de una vez portadas la llave fija al suelo de la carretera dándose por vencido, se incorporó:

- Tienes un trapo para limpiarme las manos- me preguntó todavía nervioso. Se lo di y mientras se las limpiaba se iba calmando sugiriéndome resignado que le era imposible cambiar la rueda- Lo siento tendremos que llamar a la grúa- me dijo mucho más tranquilo.

Me devolvió el trapo, el que tiré de cualquier manera sobre el asiento del chofer, Johnny se me acercó apoyándose en el vehiculo, para preguntarme:

-¿Tienes seguro contratado?- ya que se dio cuenta que era de alquiler.

- Sí claro- le contesté segura.

Johnny enseguida se hecho mano al bolsillo de la chaqueta sacando su móvil. Abrió tapa negra sin perder esas formas chulillas que le habían caracterizado todo el rato, pero algo hizo que de nuevo entornara su mirada:

- ¡Mierda!, la batería.- exclamó me miro preguntándome- dame tu móvil que llamo.- Hice la intención de buscarlo pero me acorde que me lo había dejado en la habitación del hotel sobre la cama. Me pegué un manotazo en la frete por mi mala cabeza, encogiéndome de hombros por la pesadumbre:

- Lo siento Johnny- lo llamé inconcientemente- me lo he olvidado en el hotel.

-¡Joder!-me contestó quejoso- ¡qué mala suerte!

De repente veo que empieza a silbar yéndose hacia el medio de la carretera haciendo señas a un camión que pesadamente subía la cuesta:

-¡ Pare pare…!- El camión paró de golpe a un metro de distancia de JD, este se dirigió hacia el lado del conductor. El camionero abrió la puerta permaneciendo los dos hombres charlando por varios minutos. Al rato, vinieron hacia mí.

El camionero al ver todo lo que habíamos formado tan solo por cambiar una rueda, empezó a remangarse las mangas de la camisa mirándonos a los dos con aire de superioridad y dirigiéndose a mí dijo:

-¡Ande! señora Depp déme la llave, por favor- ya que la tenía nuevamente en mis manos. Se lo di toda alucinada por la forma que había tenido en dirigirse a mi, pero no le corregí tan solo le di la herramienta. Vi que Johnny estuvo a punto de decirle que no era su mujer,pero también calló.

El camionero se puso de cuclillas en frente de la rueda a cambiar y en un abrir y cerrar de ojos ya la tenía sacada. El hombre cojió el trapo que colgaba de la capota del vehiculo y limpiándose se dirigió nuevamente a mí, con aire satisfecho:

- Ya esta listo su coche señora- Lo sonríe sin mucha emoción, prestando más atención a JD que seguía cavilando cómo podría haberlo hecho tan rápido. Pensé que JD y yo éramos clavaditos en torpeza, dirigiéndome al hombre:

-¡Gracias señor! – le extendí mi mano que él me la tomó:

- No hay de que señora Depp.- y dirigiéndose a Johnny le hizo un comentario soberbio:

- Dígame que comen los artistas que parecen goma- El no dijo nada pero creo que lo encontró grosero, porque emitió un leve gruñido antes de despedirse:

- Adiós y gracias-

- Adiós- El camionero se fue hacia su camión, entrado cerrando bruscamente la puerta porque el golpe se intensifico con el eco . El camión emprendió su marcha emitiendo ese soplido típico de los vehículos diesel montaña arriba mientras Johnny contemplaba como el camión desaprecia de nuestra vista. Yo me acerqué poniéndole mi mano sobre el hombro, ofreciéndole un pañuelo húmedo de olor lavanda:

- Anda Johnny. Lávate que tu eres también fuerte, y encima guapo. Todo lo que una madre quiere para una hija en edad de casarse. ¡Anda! y no te molestes por ese…- aquí me encasquillé, ya que no sabia como dirigirme a la podré victima que me había ayudado para añadir sin saber-…hombre guarrillo y sudoroso- No sé como me salió esa palabrería tan amigable pero Johnny me miró con carita de pucheros afirmando.

- ¡Gracias…!- se me quedo mirando- no se como te llamas- se disculpó.

- No te preocupes. Me llamo Anikuni- abrí mi mano en señal que esperase- mejor Ani. Es más corto- se río

- Bien, Ani me tengo que ir.¿ Donde ibas? si se puede saber- me preguntó.

- Estoy de vacaciones por los Angeles, y me iba a hacer una excursioncita por las casas de los famosos- El hizo ese gesto tan conocido por mi,( ya que siempre tiene ese rasgo de alguno de sus personajes).

- ¡Quizás nos volvamos a ver!-

- ¡Sí, quizás!- nos dimos la mano con cordialidad, para resaltar nuestra cobardía en no dar ese paso para la amistad. Yo rompí el silencio que nos embriaga- ¡Adiós!

- ¡Adiós! Ani- despegándose de mí para dirigirse corriendo hacia su coche estacionado al otro lado de la carretera. Cuando lo vi que se metía en su vehículo me acorde de mi apreciado objetivo: Su autógrafo, el que siempre llevo preparado, por si acaso nuestros destinos se cruzaban:

-¡Espera JD!- llamándolo a gritos. Por miedo a perder la oportunidad, mi bolsa se engancho en el cambio de marchas y al estirar el asa con fuerza me di un golpetazo me en la cabeza que me hizo incorporarme, volteándome por la insistencia de mi miedo a perderlo. Magullada volví a insistir.- ¿te puedo pedir un favor?- Por suerte o por desgracia él no se dio cuenta de mi accidente, contestándome con un grito.

-¿Qué quieres?- le alcé la mano para que se detuviera.

-¡Espera!- le volví a repetir introduciéndome en el coche para buscar su fotografía. “Ya esta” manifesté para mi en voz alta, cogiéndola.

Mire hacia un lado y hacia otro de la carretera por cautela, cruzando la calzada hacia él.

- Johnny, es un autógrafo- mostrándole mi codiciado objetivo.

Me cogió la fotografía palpándose el pantalón con ambas manos:

- Espera.- Entro en su coche, sentándose en el asiento del conductor, abrió la guantera y saco un rotulador grueso de color negro. Me preguntó:

- ¿Qué quieres que te ponga?- expectante.

- Pues ahora que pienso… en estos momentos estoy en blanco. No me siento inspirada. Seguramente, que mi musa se ha ido alguna parte (para mi adentro estaba pensado estoy a tu lado dándote un lametón. ¡So ladrón! ¡Qué te comería toito…!) Debido a mi fantasía esboce una sonrisa que no le pasó inapercibida a JD:

- ¿De qué te sonríes?- entregándome su fotografía todo vestidito de pirata, firmada con algo aun invisible para mis ojos por el lujo de estar con él, y embrujada por su hechizo le hablé:

- Nada. Sólo sonrío por a verte conocido y haber notado que junto a ti mi corazón parece un caballito desbocado. ¡Me emocionas Johnny Depp!. Eso es todo-

De nuevo me sonrío. Me separe del vehiculo para que arrancara y con la mano le dije adiós.
Fin.

lunes, 14 de diciembre de 2009

“ I’ve got you under my Skin”

Fue de noche que llegué a Londres procedente de España, mi tierra. Estaba cansada y expectante. Ni me lo creía de haber sido premiada con una estancia gratuita en un hotel de alto copete y una entrada para la presentación de la película de Tim Burton “La Novia Cadáver”.
Me habían asegurado que asistirían todos los componentes de la película, pero no los dibujos sino sus voces y yo me había hecho ilusiones de ver a mi actor, a mi amor platónico: Johnny Depp.
Bueno, me dirigí a la recepción del hotel, donde el recepcionista, me comentó que esos momentos no tenían botones para subirme la bolsa de deporte, la que yo llevaba por maleta.
No le puse objeción, solo me acerqué a esta, abriéndola y cogiendo de ella una botella de agua Viladrau de medio litro. La recepcionista me dio una tarjeta magnética para entrar en mi habitación, y me dirigí hacia el ascensor. Piqué.
Yo estaba admirando el precioso hall del hotel, y no paraba de mirar a mi derecha o a mi izquierda, imaginando lo guay del paraguay que debía ser mi habitación, cuando de repente unas voces en mi espalda se estaban despidiendo, uno de esos hombres se me puso a mi izquierda. Yo de reojo lo observé. Y era lo más lindo que madre había parido: No era muy alto, mas bien de mi altura, con melenas revueltas, castaño y con gafitas. Yo me dije “tiene que ser él. Todo coincide un buen hotel, este hombre es JD”. Pero me pareció increíble cómo podía haber tenido tan buena suerte, así que miré a otro lado, para quitarme esa absurda idea.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron,él se paró dejándome pasar primero y fue cuando comprobé que por primera vez mi instinto no me fallaba: Era Johnny Depp.
Me situé nerviosa en el fondo del ascensor, mientras él se limpiaba sus gafas, se las puso y picó a un botón. Tengo que añadir que me sentía ridícula porque me había visto con un ridículo gorrito verde de lana y un anorak globo, que me hacia parecer la mujer del señor Michelin.
Bueno, a lo que iba, el ascensor se empezó a elevar, y Johnny ni me prestaba atención frente a mí, cuando de repente la luz se fue, dejándonos con la penumbra de luz de emergencias:
- ¡Qué cojones pasa con la luz ¡- fueron sus primeras palabras hacia mí, mientras tocaba ansiosamente un botoncito. A continuación empezó a toser “cof, cof, cof “de los nervios, y yo a pensar “a ver si va padecer de claustrofobia, o de otra cosa peor y me agarra del cuello” y exclamé entre penumbra:
-¡Soy inocente¡-.
Él se me giró diciéndome:
- Tranquilízate, que no pasa nada- y volvió a toser, llevándose el puño hacia la boca.
Observé que Johnny no paraba de balancearse por el nerviosismo, y la maldita tos no lo dejaba tranquilo, cuando yo armándome de valor le dije:
- Tenga señor Sparrow y aclárese la voz. Lo siento pero no tengo vaso, pero no se preocupe que no tengo mas enfermedad que… bueno déjelo- se la di, sintiéndome cobarde ante su presencia.
Él me la cogió y bebió dándomela, me preguntó:
-¿Como me has llamado?- Se me quedó sonriéndome.
Yo le volví a decir su mote- Sparrow, porque ha sido lo primero que se me ha ocurrido. Sparrow...- dulcemente me callé.
Él se contagió de mi espontaneidad y contestó:
-Sparrow, ya que sabes quien soy. ¿Quién eres tú, dime?- Si era él dulce, muy dulce me quede yo mirándolo, me hizo palpitar respondiéndole:
-Anikuni señor Depp, y le he dado un poco de agua por esa tosesita suya, que no le dejaba tranquilo.-
Él me volvió a sonreír y me contestó:
-A ver si viene la luz. No me gusta quedarme sin luz. Me gusta la claridad- Y volvió a musitar su apodo por bajito meneando su cabeza.-Sparrow...sparrow...
Yo, que no sabia que decirle, le dije:
-Sabe señor Depp que estoy como un flan, de verdad, que estar encerrada con usted y tenerlo tan cerca es como tener un pastel de cumpleaños y no lanzarse a comer.-
El se rió- jajá jajá- me perdió el miedo acercándose, porque JD es espontáneo y poseedor de algo mágico
- Sabes Ani- por unos segundos calló y me preguntó- ¿te puedo llamar Ani? Ya que tu nombre es algo poco común, es original mas bien.- me sentí más complacida, ya que por un momento creía que mi nombre de pila no le molaría, a lo que le añadí:
- Un poco de respeto para este cucharón mío, señor Depp- poniéndome la mano sobre el lado izquierdo- porque usted...- ¡Zas! vino la luz. El ascensor nos subió al piso que él había marcando. Entonces le vi su cara mirándome, contemplándome, sonriéndome, y tan cerca mió, pero tan solo dijo, en cuanto las puertas del ascensor estuvieron abiertas:
- Bueno, a lo mejor nos volvemos a ver. ¡Adiós Ani!- Se fue de mi vida, dejándome ese momento tan hermoso que yo había compartido con él.
Pasó un día de todo esto, y volvía a ser de noche. Yo iba con un vestido de lana precioso de azul ciclamen, y un chal de Manila negro, heredado de mi abuela Emilia. Y estaba de dulce. -¡So guapa!- me dije en voz alta delante de uno de los espejos del hotel , pues la que recuerda no tiene perrito que le ladre, y si no se lo dice ella, ¿quién diablos se lo dice?.
En fin, entre en el precioso restaurante del hotel y delante mío, JD con unos amigos que estaban cenando muy amistosamente.
Yo en compañía del maitre me situé dos mesas a la derecha de él, y en el hilo musical una canción muy especial del Fran Sinatra “I ‘ve got you under my skin”.
Me hizo soñar, ya que lo tenía tan cerca, mirándole sin ser vista, viéndolo divertirse. Cené, y cuando estaba en el café, fumándome mi cigarrillo mentolado; se presentó de nuevo el camarero sin ser avisado:
-Señorita, con los respetos del señor Depp,- Yo levanté la mirada y vi al camarero que me estaba sirviendo una copa de agua fresca y guié mi atención hacia su mesa, le di las gracias con mi copa levantada. Él casi ni me miró, pero vi como se dirigía hacia la chica rubia guapísima que tenía a su lado, musitando algo parecido a Sparrow.
Yo me la bebí diciéndome.” este hotel tiene que tener una bonita terraza. Me voy a ir, ya que aquí no hago nada”.
Me levanté, ya que no podía con tanto sentimiento que me rodeaba, y la dichosa música romántica que me recordaba a ese hombre que no paraba de sonreír a la muchacha.
Me dirigí hacia la terraza, contemplaba la maravillosa postal que tenía enfrente, de Buckingham Palace y alrededores. “¡Qué bonito esta el Big Ben todo iluminado¡” me dije, y volví a pensar en el encuentro casual de Johnny Depp, en el ascensor donde me sonrió sólo a mí.
Embelesada estaba con su recuerdo, cuando un humo a buen tabaco vino a mí. Yo soy susceptible con los olores, que me ayudan a creer que el hombre de mi vida se acerca, gire la cabeza y me lo encontré a mi lado.
Era JD que fumaba junto a mí y sin mirarme me preguntó:
-¿Qué estaba fresquita el agua?- y se hecho a reír por bajito.
Yo me lo miré toda ruborizada y le contesté:
-Sí gracias más que la mía, ya que la mía parecía un pipi de gato-
- Jajajaja... Pipi de gato. ¿Por qué lo dices?, que tú agua era como un pipi - me preguntó tope divertido y rendido a mi espontaneidad.
Yo le contesté:
- Por lo caliente que la llevaba señor Depp, la traía del viaje desde España hacia aquí.-
- ¡Ah¡ ya veo tu no eres de aquí- hizo un gesto que me recordó a uno de sus personajes, pero no caí de quien se trataba .
- No- le conteste- soy española de esas que están con el Estatut de autonomía, Maragall y Carod Rovira- le hablé como si JD entendiera de Estatud de Cataluña, de Cataluña de la Sardana y del “pà amb tomaquet”.
Él se quedó parado y me pregunto, ya que no entendía nada:
- Eres de España pero eso de Estatud de autonomía no entiendo nada. Pero déjalo, aunque sea política o un club de fútbol no me convencerás.-
Yo me eche a reír, porque vi cómo era de espontáneo mi actor a lo que le recalqué:
- Vale, no temas o perdón no tema- Entonces él intentando cogerme la mano me dijo:
-Puedes tutearme. ¿Quieres pase..- Entonces ante mi desaprobación, ya que le quite mi mano- Me contestó con rabia:
-Te pido que si quieres tutearme y tu me quitas la mano. ¡No quiero casarme contigo, cojones!-
Entonces, yo supuse que había metido la pata hasta arriba, y le pedí perdón añadiendo:
- Soy un poco tímida y no me he dado cuenta que estoy con mi sueño.-
Johhny que es dulce bajo la cabeza, entendiendo mis sentimientos hacia él, me contestó:
-Entonces, Ani ,¿ aceptas pasear conmigo?, pues creo que eres mujer para hablar y yo en mi interior me dije “para otras cosas también “pero me lo callé, a lo que le añadí:
- Pero antes Johnny- ya que me acordé de mi promesa. Abrí un bolsito cruzado de color negro de flecos también heredado de mi abuela como el mantón, y saqué una foto de él vestidito de mi pirata favorito, ese personaje que se me llevó el alma alguna parte, mostrándosela- ¿me puedes firmar un autógrafo, con la dedicatoria siguiente?: “Para la fulana mas guapa de todo el Caribe español”- ya que en el tiempo que transcurre la vida del capitán Jack Sparrow es el siglo XVI, creo…
Soltó una sonora carcajada ante mi insinuación. Admitiéndome la foto y la sugerencia también. Sacó de alguna parte un rotulador negro, abriéndolo con los dientes, en su mano izquierda se puso el tapón y apoyando la foto un muro ante el marco incorporable del Parlamento Inglés con su Big Ben al fondo me firmo la foto, diciéndome:
- Como no te iba yo a firmar un autógrafo si me diste de beber pipi de gato- dejando aparecer ese pillo que lleva dentro al mirarme.- Toma- me la dio dedicada con mi linda poesía y su autógrafo, mi ansiando autógrafo. Al cogerla la besé, debido a mi espontaneidad y la guardé en el bolsito de flecos negro.
- Ahora niña vamos a dar un paseo- él me ofreció la mano extendida para que yo le diera la mía. Se la di y así nos pusimos a charlar como buenos amigos.
Fin