¡Hola! Soy Anikuni

Todo lo que aqui narro es producto de mi imaginación algo turbada, ya que mi modo de ver la vida es a causa de mis cuatro neuronas: Nací con 2 muertas, la 3ª es la que rige mi vida por completo y la que me permite soñar con un solo objtivo ser la última fan de Johnny Depp ( así sé el lugar que ocupo en la fila) y la 4ª por ir al lado de la 3ª esta contaminada por su genialidad pero aun guarda un gramo de sensatez que me permite seguir viviendo.

Creo que por eso me eche al mar de la osadia o de lo absurdo porque lo que escribo es una recopilación de mis aventuras o más bien de mis travesuras por conseguir mi ansiado autógrafo.

Así pues, dejo testimonio de lo que aquí cuento es tan solo casual.

Para quien le pueda interesar: Así empieza PERIPECIAS DE UNA FAN

domingo, 23 de enero de 2011

LA VIEJA


Mis indagaciones me llevaron hasta Méxiico donde se estaba rodando una película de Holliwood: con dos tíos buenos y un idiota.
Me presento, me llamo Anikuni, y soy una caza autógrafos. ¿Cómo lo diría?, mi trabajo consiste en cazar a los artistas al vuelo y pedirles un garabato para mi álbum.
Como he dicho anteriormente, se estaba rodando la película “El Mejicano” con Antonio Banderas, ese truhán llamado Johnny Depp para mi JD, y el idiota un tal Enriquito, por su abuelo nombrado.
De lo que pasó en el hotel con mi contrincante María, ni quiero recordarlo ya que me echaba en cara que sabía perfectamente dónde se encontraba el paradero de mi Johnny. Malhumorada de tanta presunción por su parte, creí que esa Mariucha necesitaba un escarmiento. Así que esa misma tarde a pleno sol, la seguí por la calle disfrazada de vieja, porque pensé que en Méjico a la vejez se la respeta y me daría una oportunidad de entrar en cualquier lugar, antes que ella.
Con mi piel arrugada por una pasta, peluca con moño blanco como la leche, y unas ropas compradas en un mercado por 4 pesos, la perseguía por las calles llenitas de sol.
Acalorada y con dolor de cabeza por el stress de tanto maldecirla para mi, la muy golfa corría entusiasmada pensando que su Johnny, (¡sí su Johnny!) le daría su autógrafo. Andaba deprisa precipitándose hacia una calle poco transitada hasta llegar a una más ancha donde pasaban coches en las dos direcciones. Se detuvo, creo que miro a un mapa! la muy puerca tenía un mapa!, donde seguramente tendría escrita la dirección de mi amado JD. Se paró y yo me escondí detrás de la esquina para contemplarla, murmurando:
- ¡Ay Ani! no deben de estar lejos los muy mariquitas-. Aproveché ese instante para arreglarme la falda que se me enganchaba entre las piernas por el sudor de llevar pantalones y camiseta debajo de mi improvisado vestuario de vieja. María cruzó la calle.
Cuando me dispuse a atravesar la carretera, un señor muy amablemente me paró el tráfico y me ayudó por la posibilidad de alguna caída. Le di las gracias y, cuando el hombre giró cola, yo me arremangué la falda y corriendo me fui dónde mi contrincante estaba dando vueltas.
Se hallaba en una plazoleta, mojándose la cara con el agua de una fuente de piedra de dos caños. La maldita bruja no hacia más que ir de arriba abajo, de abajo arriba, con su libretita en la mano bajo el sol y de vez en cuando se remojaba para saciar su calor.
En fin, yo me escondí en un portal de lujo, de esas casas tipo colonial, para ocultarme de ella y del soletón que caía. En lo único que me fijé, fue que en el techo había una gran lámpara de hierro forjado, y que corría fresquita por la gran amplitud de la escalera.
De repente empecé hablar en voz alta:
- Ya puedes mirar el plano, guapa,- le decía con desprecio- que como no te busques sombra te vas a quedar más roja que un pimiento morón- y volví añadir para mí-, mírala, ¡la muy puerca! ¿Qué se cree…?- cuando una voz en español me preguntó:
-¿Qué esta mirando buena mujer?- lo miré de reojo sin fijarme, y con mi mano le señalé hacia María que no hacia más que secarse el sudor:
- A ésa, que no se da cuenta que se está achicharrando- El hombre que estaba junto a mí me volvió a preguntar:
- ¿Y qué tiene de malo esa chica?- Entonces yo, toda nerviosa por mis intereses le contesté:
- Aparte de ser tonta de capirote, es una ladrona ya que me quiere robar el novio-
-¡El novio!, no sé qué novio señora-dijo el hombre de melenas todo extrañado y al observarme añadió- a su edad eso de tener novio….
Él mantenía la calma y la compostura ante mi stress por imaginarme a María junto a mi Johnny sonriéndole, lo que me produjo un estado de ofuscación:
- ¡ Ufffff¡- resoplé, añadiéndole- Esa fresca no es más que es una gilipollas venida de España, mi patria, con el único propósito de hacerse con mi genial, de lo más genial del mundo mundial…-aquí me empecé a quitar el disfraz, ya que el calor era insoportable –perdóname yo no puedo con este refajo-.
Él se quedó todo intrigado, por lo que pudiera aparecer. Desabrochándome el chinchoso vestido, sacando un brazo, luego el otro se me quedó encallado a la altura de la cintura atrapado por la hebilla del pantalón vaquero. Cuando me lo pude sacar apareció mi verdadero yo. Le continué hablando:
- El capullo que ocupa mi interes, ya que soy una cazadora de autógrafos-diciéndoselo con orgullo-es Johnny Depp. Sé que está con Antonio Banderas haciendo una película de mariachis- de repente exclamé- ¡Joder!,¿Qué hace la muy puta?- ya que María sacó unas gafas de sol y se puso a la sombra de la fuente.
Los dos nos quedamos mirando, cuando él me preguntó como si no quiere la cosa:
-¿Y tú de donde vienes?-
-De España –Él todo interesado por mi trabajo me dijo:
- ¡Ah¡ ya veo has venido a conseguir el autógrafo de Johnny Depp- y poniendo cara picara me preguntó- ¿ Te interesa el de Antonio Bande…- no lo deje acabar añadiéndole:
- No el de Antonio, no. El de él ya lo tengo,++ me lo dio en Marbella hace ya unos años. Sólo quiero el de cierta persona (refiriéndome a Johnny) y el de ese hijo de papá Iglesias , que ahora no me acuerdo cómo cojones se llama-
Desde hacia un rato no paraba de escuchar por detrás nuestro unos cuchicheos, a los que no hacia caso porque lo que más me interesaba era María. Entonces, el hombre moreno apreció el calor que estaba pasado:
-Creo que estas sudado demasiado, ¿por qué cojones, no te quitas esa pasta que llevas enganchada en la cara y esa peluca? Te están cayendo unos chorretones…-
- Ya decía yo, que me picaban los ojos. Ahora lo comprendo, son las gotas de sudor- De un manotazo me quité la peluca, y luego intenté sacarme la mascara que tenía pegada con fuerza a la cara. Al ver que no podía el hombre se me unió, con el regocijo por mi parte de tener a mi lado un mozo de muy buen ver:
- Anda déjame que te ayude- me cojió la cara con cuidado empezado a soltarme la mascara
- Estira, pero ten cuidado corazón, que tengo sensibilidad- Él al mirarme (cosa que me alegro porque Antonio es otro bombón) movía la cabeza para disimular una posible carcajada y descubrirse, fue cuando añadió:
- Mira que estas horrorosa con esa cara arrugada y esa peluca. ¿Qué pasaría si tienes que salir corriendo a ver que tu Johnny sale de allí y esa zorra va y te lo quita- mientras continuaba despegando la mascara de mi cara.
- Quizás tengas razón- Yo empecé a mosquearme con tanta guasita a mis espaldas:
- Anda déjame, que me temo que tenemos compañía- le dije al guapo de mi lado.
Así pues, con media cara con pasta y la otra media sin ella me giré para dar por concluido la diversión de esos dos gilipollas que sentados en un escalón no hacían más que reírse. Entonces les grité , dándome cuenta que había metido la pata hasta arriba, al reconocerles:
-¡Joer, joer¡- dio paso a un ¡Joder¡ que me salió del alma-¡pe...pero...pero si tu eres!, ese que le llaman Mariachi y esos dos capullos de detrás nuestro…- y al ver que Antonio no me prestaba atención le estiré la camisa:
-¡Oye!-le dije- ya que él estaba muy interesado en la mujer que no paraba de dar vueltas ya desesperada-¡Oye!- le volví a repetir- ¿tu no serás Antonio Banderas y ese flaco no será Enrique Iglesias?,¡joer¡, que meda un siroco. Sí, sois los dos. Y ese que no le veo la cara es ni mas ni menos que ¡”mi niño“!.- ya que Johnny al tener la cabeza gacha y oculta por un sobrero no se le apreciaba.
Antonio no pudo más se deshizo en risas y los llamó con la mano. Fue cuando lo vi al incorporarse, todo arrogante dirigiéndose hacia mí, con su carita recién afeitada que seguro olía a Baron Dandy, con su porte serio, con esos labios arrugaditos preparados para dar besos, con su miradita medio entornada que lo hacia ser el gran poseedor de mi calido corazón, así se me acerco, acompañado del otro.
Enrique con su habla nada pija, la que sorprendió:
-¡Eres la hostia¡ has venido desde España por él.- y añadió-Yo te llevo a mi casa en Miami, ¡so guapa!. Dándome un beso en mi cara aún arrugada, que al notarla de un estirón me la quitó.
- ¡Ay bruto!- exclamé.
Yo no podía quitarle los ojos “a mi niño” de encima, mirándole con una expresión de idiota enamorada, fue cuando él me hablo en español aprendido de alguna colaboración hispana:
- Es un placer conocerte.-. Se volvió a Antonio preguntándole como me llamaba y Antonio me tradujo –quiere saber como te llamas.-
Recuerdo que no le mencioné mi nombre, por la precipitación del momento tan solo me distraje removiendo con alboroto mi bolsa de lana colgada, diciéndole a Antonio:
- Verdad que me quiere dar su amor- suspiré- En fin de ilusiones también se vive- mirándolo con una carita de resignada- de repente encontré mi libreta y el bolígrafo enganchado por su clip -¡Joder¡ se me olvidaba tu autógrafo JD quiero tu autógrafo.-
Él con un semblante todo serio le comentó a Antonio que me tradujera. A lo Antonio me reprodujo las palabras de Johnny en español:
- Dice que aquí no puede ser. Que nosotros nos vamos hacia allí.- Cuando vi un mono-volumen con cristales oscuros de color metalizado.
Enrique se me acercó y me dijo señalando a la ropa tirada en el suelo, que junto a la mascara de goma yacía:
- ¡Joder¡ recoge todo esto y mételo en la bolsa. Mira que eres...- recogiendo mi disfraz le contesté:
-Yo me llamo Anikuni, y vengo en son de paz. ¡La leche...!- Enrique cogió la bolsa mientras yo introducía el vestido con los enseres de vieja.
Nos fuimos los cuatro en el mono-volumen. Me senté junto a la ventana, vi como esa gilipollas se alejaba, dando me unas ganas de hacer un gesto marrano, pero no lo hice ya que esta muy feo que una señorita que se aprecie de ser señorita, no hace esos gestos ante él que va ser el padre de sus hijos. Mi niño es mi niño y me estaba mirando muy serio cuando me dijo en inglés algo que me tuvo que traducir Antonio:
- ¿Como te llamas?- en esos momentos recordé las clases de inglés del colegio y le contesté:
- My name is Anikuni- ya que el inglés es una cosa que si no me sale no me sale.
Al rato observo que Johnny cuchichea algo al oído de Antonio se vuelve a dirigir a mí:
- Me dice que quiere firmarte tu ansiado autógrafo, y que le des un beso- se me queda mirando con picardía viendo a mi niño como si me esperara.
Le di mi libreta y el boli. El permanecía serio. Vi su mano tatuada con esos símbolos y yo pensé, “¡anda¡ que si me los llego hacer yo, que copiona hubiera sido.”
Él me miraba mientras escribía, y así reza la poesía porque de él todo es poesía en movimiento.
“Para la vieja alcahueta que desde España ha venido a mi encuentro. ¡Guapa!
JohnnyDepp.”
Me da mi codiciado autógrafo y en un perfecto castellano poniendo pasión me dijo:
- Dame un beso-
Fin

1 comentario:

  1. Me encanta este blog, en serio, escribes genial y las historias estan super curradas !! :D

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